Ciprés
Cupresáceae
Sur de los Estados Unidos y norte de Méjico.
Tamaño mediano (entre 10 y 25 metros de altura). Tronco recto. Ramificación horizontal y copa en forma de cono.
Perennes, de color verde azulado, formadas por pequeñas escamas de olor agradable.
Es especie dioica por tener flores diferentes para los órganos masculino y femenino aunque cada árbol produce ambos tipos de flores. En el abeto las flores masculinas y las femeninas se agrupan en pequeños racimos cilíndricos de aspecto poco vistoso y con tonalidades amarillo-verdosas, situados al final de las ramillas. La polinización es por el viento.
Los frutos son unas pequeñas bolas o nueces escamosas de unos 3 centímetros de diámetro y de color verdoso más claro que el de las hojas y que al madurar se vuelve marrón. Debajo de cada escama se encuentra una semilla con apariencia de un minúsculo piñón de color marrón rojizo.
El tronco es recto, cilíndrico y de corteza lisa de color pardo rojizo de la que se desprenden láminas verticales.
Marzo
(Año siguiente) Octubre-Noviembre
Su nombre especifico, Cupressus, es uno de los latinos del ciprés, derivado según algunos del griego kypros: Chipre, donde crece abundantemente esta planta y según otros de kyparissos, hijo de Telefo transformado por Apolo en Ciprés.
El ciprés puede vivir más de 500 años, citándose casos de ejemplares que superan el milenio. Las hojas están reducidas a pequeñas escamitas dispuestas de tal modo que parecen formar cuatro filas cubriéndose unas a otras como las piezas de un tejado.
Su madera es aromática, desprendiendo un olor parecido al del Cedro. Es resistente y fácil de trabajar, casi imputrescible aún estando sumergida, por lo que se ha utilizado tradicionalmente en la construcción naval. En la actualidad, es muy apreciado en carpintería, ebanistería y tornería.
Las piñas o nueces del Ciprés poseen mucho tanino, por lo que se han usado en medicina popular para detener todo tipo de flujos y como vasoconstrictor en las varices. Su esencia echada en agua hirviendo produce vapores que mitigan la tos convulsiva.
Se ha cultivado para formar setos protectores contra el viento, para repoblar o como planta ornamental. Soporta bien la poda y aguanta bien la sequía y la contaminación. La costumbre de plantarlo en cementerios lo ha convertido en un árbol sombrío y fúnebre.
En Sevilla, los mejores ejemplares de esta especie se encuentran en el cementerio de San Fernando y en el Parque de María Luisa. En los Reales Alcázares existen escasos pero bonitos ejemplares aislados. Últimamente se ha generalizado mucho el uso de la variedad Cupressus sempervirens variedad stricta, un Ciprés piramidal muy esbelto y apuntado, pudiéndose ver buenos ejemplares por todo el recinto de la Isla de la Cartuja, en particular por los jardines del Guadalquivir y, entre otros lugares, en la Glorieta Plus Ultra al comienzo del Paseo de la Palmera.
cipres.-Habitantes-de-Chipre.-6º.wav
ciprés.-Historia-de-amor-en-la-Alhambra.-6º.wav
ciprés.-Valle-Inclán-y-Pio-Baroja.-6º.wav
Ciprés. Historia de amor en la Alhambra. 5º
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